LA MODA CONTAMINA CADA VEZ MÁS

El ser humano es el principal responsable del cambio climático y la contaminación. Nuestras actividades y nuestro estilo de vida tienen un impacto directo sobre el entorno natural. Pero no solo las emisiones de fábricas, aviones y coches perjudican al medio ambiente: también la ropa que vestimos tiene un efecto sobre el planeta.
La industria textil es una de las mayores culpables del desperdicio de agua a nivel mundial, según indican diversos estudios elaborados por la Unión Europea y la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La producción de tejidos para fabricar ropa provoca el 20% de la contaminación de agua potable en todo el mundo
Este sector representa además el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero, una cifra superior a la suma de las emisiones generadas por los aviones y los barcos de mercancías. Además, el lavado de los materiales sintéticos necesarios para la producción de ropa genera 500.000 toneladas de microfibras que terminan en los océanos.
El impacto de cada una de las prendas que utilizamos a diario es igual de alto. Por ejemplo, para producir una simple camiseta de algodón se necesitan 2.700 litros de agua, la misma cantidad que serviría para abastecer a una persona durante dos años y medio. La cifra es todavía más compleja en el caso de unos vaqueros: se consumen 7.500 litros de agua para confeccionar las fibras y teñir el tejido.
¿QUÉ PODEMOS HACER?
En Suecia, uno de los países referentes en conciencia medioambiental, ha nacido un movimiento llamado Köpskam que hace referencia a “la vergüenza al comprar” sin tener en cuenta los graves efectos de la industria textil sobre el medio ambiente. Solo en Gran Bretaña, por ejemplo, se gastan 3.100 millones de euros en prendas que serán usadas una única vez.
Los defensores del Köpskam pretenden luchar contra la moda rápida o fast fashion en todas sus facetas. Por eso recuerdan que, además de agravar la emergencia medioambiental, esta industria se aprovecha de la precariedad laboral contratando mano de obra barata en países en vías de desarrollo, donde sus derechos laborales no están protegidos.
Por otro lado, los ecologistas apelan a la responsabilidad de los consumidores, subrayando la necesidad de comprar únicamente lo necesario, y, siempre que se pueda, hacerlo en tiendas de segunda mano o de ropa reutilizada para reducir el coste.
Según Alison Gwilt, autora de distintos libros sobre moda sostenible que se ha convertido en una referente internacional: “La mayoría de los consumidores de fast fashion son jóvenes que apoyan la idea de sostenibilidad, pero tienden a separar el mundo de la moda de la sostenibilidad”.
MODA SOSTENIBLE
En Barcelona ya existen varias tiendas y firmas de moda que ofrecen una alternativa ecológica a la hora de comprar ropa: Ecoalf, Thinking Mu, SKFK o Infinitdenim: Back to Eco son algunos ejemplos. Para Montse Bayan, copropietaria de Back to Eco, la clave de la moda sostenible es reutilizar los tejidos: “Es primordial tratar los residuos y convertirlos en nuevas prendas de kilómetro cero”.
“El fast fashion ha hecho mucho daño, tanto a escala ambiental como social. Hay que cambiar los hábitos de consumo”, añade Bayan, quien reconoce que todavía queda mucho trabajo de concienciación social por hacer.
En su opinión, la ropa sostenible debe dejar de ser un lujo. “Es absurdo que solo la gente con un nivel adquisitivo elevado pueda permitirse este tipo de ropa”, lamenta. Y concluye que si este sector pagase menos impuestos, como pasa con los alimentos de kilómetro cero, se podría avanzar por este camino.
MODA SOSTENIBLE, CAMBIO CLIMÁTICO Y CONTAMINACIÓN. Son tres palabras que podemos escucharlas constantemente y hacen ruido en nuestra conciencia, pero a veces no cobran la fuerza necesaria para que lleguemos a darnos cuenta de su importancia. Una producción más cuidadosa con el medio ambiente redundará en un mayor beneficio para la naturaleza y para las personas.

Esta moda sostenible, también llamada moda ética, es una parte de la creciente filosofía del diseño y de la tendencia de la sostenibilidad, cuyo objetivo es crear un sistema que apueste con firmeza por el ambientalismo y la responsabilidad social.
“Estamos cerca del límite de agotar los recursos del planeta, realmente es una emergencia el comenzar a adaptarnos a un consumo más responsable y tenemos que empezar a colaborar entre todos para poder revertir en la medida de lo posible y ralentizar la catástrofe climática a la que nos estamos acercando”, comenta Laura Opazo, autora de Armario Sostenible y especialista en moda sostenible.
“Por eso, compartir en números las consecuencias de nuestro consumo es una forma de hacer más visible la necesidad de comenzar a implementar un modelo circular en la segunda industria más contaminante del mundo: la de la moda”, afirma la experta.
Estos son algunos de los números más representativos:

  • La producción de algodón es responsable del 22,5% del uso global de pesticidas, mientras que el teñido y el tratamiento de los textiles generan del 17% al 20% de la contaminación del agua de origen industrial.
  • Se estima que en China al menos el 70% de los ríos y lagos ya están altamente contaminados, y muchos tienen sus aguas tenidas con el color de la temporada.
  • La industria de la moda representa más del 10% de las emisiones de efecto invernadero.
  • El lavado de los materiales sintéticos necesarios para la producción de ropa genera 500.000 toneladas de microfibras que terminan en los océanos.
  • Para producir un par de vaqueros de algodón se necesitan unos 10.000 litros de agua.
  • Para producir una simple camiseta de algodón se necesitan 2.700 litros de agua, la misma cantidad que serviría para abastecer a una persona durante dos años y medio.
    VENTAJAS DE LA MODA SOSTENIBLE
  • Aprovecha al menos el 20% de los recursos ya existentes para darles una nueva utilidad en el sector.
  • Respeto de las condiciones laborales de los trabajadores.
  • Greenpeace en su informe Destino Cero: siete an?os desintoxicando la industria de la moda recoge cómo 80 empresas de moda han consguido avanzar hacia ese objetivo eliminando el 72% de los peligrosos compuestos perfluorados.
  • Hay empresas sostenibles que trabajan con materiales que solo se necesitan 2 litros de agua para producir 1 kilo de tela, frente a los 10.000 litros de agua que necesita el algodón para crear unos sencillos vestidos.
  • Muchas de las empresas españolas al producir de forma local, generan una huella de carbono un 90% menor.
  • Siendo ecoeficientes en la producción pueden lograrse mejoras espectaculares que reducen la generación de residuos entre un 10 y un 20%.
    Todos estos números nos ofrecen una imagen más clara de la situación en la que nos encontramos. Nos acercan a la realidad y nos hacen más conscientes de la necesidad de cambiar hacia una moda sostenible. Tomado de:
    https://www.lavanguardia.com/vida/junior-report/20210503/7425699/moda-contamina-vez-mas.html
    https://www.deia.eus/moda/2022/04/03/industria-moda-segunda-contaminante-mundo-1693563.html

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